En el año 2010, la compañía inició la estimación de la Huella de Carbono para la fabricación de cemento, dado que este proceso es responsable de más del 80% de las emisiones de todas las unidades de negocio de Melón.
Este cálculo de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero se realiza de acuerdo con los lineamientos del Protocolo para Medición de GEI de la Industria Cementera, desarrollado por el World Business Council for Sustainable Development (WBCSD). Como resultado de esta tarea, desde 2011 Melón entrega un dato que es verificado por entidades internacionales. Esta información se aloja en el registro Getting de Numbers Right (GNR), una base que reúne los datos de todas las empresas cementeras del mundo.
El alcance de las estimaciones de CO2 de Melón comprende la producción de cemento de las plantas Ventanas, La Calera y Puerto Montt, las que -de acuerdo con los datos mundiales de la industria constituyen la principal fuente de emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en esta actividad. Las iniciativas que le han permitido a Melón lograr estos avances son principalmente el reemplazo de Clinker por puzolana y, en la última década, la incorporación de residuos de otros procesos industriales como fuente energética alternativa (entre ellos, las cenizas de centrales termoeléctricas y escoria de procesos siderúrgicos). Dichos esfuerzos han permitido reducir drásticamente la presencia del Clinker en el proceso de fabricación del cemento en Melón, un aspecto de gran relevancia si se considera que este elemento es el que genera los mayores niveles de CO2 de la industria.
La diversificación de la matriz energética que la compañía inició en 1998 ha significado además, incorporar como fuente energética alternativa en sus procesos residuos cuya incineración con recuperación de energía ayuda a evitar la emisión de GEI que se produciría por su simple quema. En ese contexto también se enmarca el favorable efecto ambiental que se genera al transformar en CO2 el metano que emiten algunos de estos residuos en su estado de acopio, lo que equivale a reducir en aproximadamente 27 veces su impacto sobre los GEI totales. En materia de emisiones, en 2011 fue incorporado en la planta de Ventanas de Melón una tecnología de alta eficiencia energética en el proceso de molienda. A partir de la reducción del consumo de energía eléctrica que demanda esta actividad, en cuyo origen participan fundamentalmente centrales termoeléctricas a carbón, este sistema ha logrado una disminución de 30.000 toneladas/año de CO2 equivalente.